Otra más. No es casualidad. Imanol podrá decir todo lo que quiera sobre la justicia o no de los resultados, pero la temporada de la Real Sociedad en Anoeta es simple y llanamente lamentable. Penosa. Paupérrima. Decepcionante. Incomprensible. Desesperante. Mala, muy mala.

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Las notas de Mikel Recalde del Real Sociedad - Real Madrid Mikel Recalde

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Y no es casualidad. No es casual que la Real vuelva a generar más ocasiones pero que las falle una y otra vez. Llegados a este punto, con la clasificación para Europa en serio peligro, hay que volver a recordar que jugando sin delantero centro y la aportación de los fichajes que han llegado esta temporada es imposible.

Además de un milagro que se haya metido entre los 16 mejores de Europa, se haya quedado a un penalti de la final de Copa y en Liga siga peleando por regresar a las competiciones continentales después de acreditar unos números desastrosos en casa, más propios de un conjunto que pelea por la permanencia que por objetivos tan ambiciosos.

Tercera jornada sin ganar en el momento clave de la campaña y con el peligro de que, si no consigue el pasaporte europeo, todo vaya a cambiar de forma radical. Así funciona el fútbol hoy en día para estos equipos que no son tan gigantes como el que tenía enfrente ayer. Al Madrid no le hizo falta jugar con sus titulares para ganar en Anoeta. Esa es la cruda y dura realidad.

Materializó su única ocasión al aprovechar un fallo de Zubeldia y se llevó tres puntos que le acercan aún más al título. Es lo que hay. Este tipo de clubes tan ganadores no bajan la guardia hasta que celebran los títulos. La Real atacó más, dominó más, generó más ocasiones, se llevó más duelos, pero acabó perdiendo una vez más. La pregunta es de qué vale entonces hacer todo eso si es reincidente en que el rival con lo justo se lleva el tesoro de Anoeta. Lo realmente increíble es que la grada aguante un partido y otro también sin dejar de alentar a los suyos y sin manifestar ninguna protesta.

Partido de campanillas

Ambiente de partido grande. Uno de los más atractivos de la temporada con el flamante líder y semifinalista de la Champions enfrente, pero con muchos atenuantes para la afición txuri-urdin que cuanto menos condicionaban el encuentro: el adelanto del encuentro de forma casi unilateral por parte de Florentino y la designación de Munuera Montero, el árbitro peor visto por Anoeta por argumentos tangibles como eran las dos victorias en los últimos once encuentros en una de las mejores épocas de la historia txuri-urdin. Lo primero fue una tomadura de pelo, lo segundo una provocación.

Imanol fue valiente y apostó por Odriozola en el lateral, con Kubo por delante. Todos los focos estaban centrados en el japonés, que siempre se ha motivado de manera extraordinaria contra su exequipo, además de ser el realista más determinante y desequilibrante del curso. Turrientes fue la gran sorpresa al sentar a Zakharyan. El objetivo era que el canterano mordiera en la presión.

Los jugadores de la Real con su afición Ruben Plaza

Ancelotti hizo muchos cambios, pero su once seguía siendo reconocible. Y temible. Un conjunto ganador acostumbrado a ganar. De los que, a pesar de que tenían la Liga en su mano tras el triunfo del clásico, prefiere sellarla cuanto antes de forma matemática. Con pocos habituales o con los de siempre. Un rival temible.

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📸 Anoeta ha apretado ante el Real Madrid Ruben Plaza

La Real salió muy fuerte, presionando arriba y tratando de encerrar al conjunto merengue. A los dos minutos, un centro de Galán provocó un fallido despeje de Kepa que no encontró finalizador. Poco después otro centro del extremeño tampoco encontró rematador. Casi al cuarto de hora, una diagonal de Barrenetxea acabó con una buena asistencia a Kubo, cuyo disparo al palo corto lo sacó Kepa. En el 27’, un robo de Oyarzabal, con caño incluido a Militao, lo finalizó Turrientes con un disparo casi sin pensar que se marchó alto.

Una lástima, porque el Madrid, además de no morir nunca, también te puede matar a la primera. Un cambio de banda de Tchouaméni, un centro a la primera de Carvajal que no mide bien Zubeldia y Arda Güler anota a placer dentro del área. Lo peor que podía pasar.

Reacción

La Real reaccionó de forma inmediata con un robo del propio Igor que Oyarzabal finalizó con un disparo que salvó Kepa. Segundos después Take empató, pero Munuera lo anuló con la ayuda del VAR por una falta de Barrenetxea cuando menos dudosa. A cámara lenta lo pareció, pero el contacto es bastante leve. El andaluz, como siempre, no lo dudó y pitó falta. Antes del descanso, Tchouaméni probó a Remiro desde lejos y la pelota acabó en saque de esquina.

En la reanudación, a los dos minutos, un balón largo de Kubo lo bajó Merino y el disparo de Turrientes lo volvió a salvar un buen Kepa. A partir de ese momento la Real lo intentó, pero enfrente tenía al Madrid de Mánchester, que no tuvo ningún problema en defender al borde del área sin permitir apenas ninguna ocasión.

Gol anulado

A Oyarzabal le anularon un gol por milímetros y también se le escapó un disparo rechazado por centímetros. Becker probó suerte desde lejos, pero no encontró palos tras un buen ataque local y se acabó. El Madrid no concedió ni mínima en su carrera por la gloria.

Tres partidos sin ganar… Solo siete victorias en casa cuando estamos en mayo. La Real no está bien ni va bien. El tema comienza a ser dramático y su calendario continúa siendo temible. La película de ayer ya la hemos visto en demasiadas ocasiones esta temporada. Quedan cinco finales, o el equipo reacciona o la campaña acaba en una decepción absoluta. Como la de ayer. Estamos cansados de que se repita una y otra vez la misma historia...