En sus primeras declaraciones tras ser designado en enero candidato de EH Bildu a lehendakari, Pello Otxandiano planteó que “la fuerza más votada” en las elecciones fuera la que “liderase” el próximo Gobierno Vasco. Más tarde matizó su propuesta: sería la fuerza “con más escaños” la que debería ser la que capitanease el Ejecutivo. Cosas de la democracia representativa, venía a decir, aunque es obvio que quiso tentarse la ropa ya que en nuestro singular sistema institucional vasco de corte confederal puede pasar que el partido más votado no tenga más escaños que el resto, como ya pasó en 1986. Tras los comicios del domingo, la fuerza más votada (PNV) y la segunda (EH Bildu) están empatados a escaños. Esta distorsión se debe a que no tenemos un sistema proporcional: la famosa “sobrerrepresentación” de Araba, que con muchos menos habitantes elige los mismos 25 parlamentarios que los otros dos territorios. Así, resultados en mano, si hubiese una circunscripción única (la CAV en su conjunto), el PNV obtendría dos escaños más (29); EH Bildu, uno menos (26); el PSE, uno menos (11); el PP, los mismos 7; Sumar, uno más (2) y Vox desaparecería. Muy similar sería el escenario si en vez de circunscripción única eligiésemos a nuestros representantes por cada uno de los tres territorios, pero en proporción a la población de cada cual –lo que normalmente se denomina “una persona, un voto”–: el PNV tendría 29, Bildu 27, el PSE 12, el PP 6 y Sumar 1, con Vox fuera del Parlamento Vasco. La cosa podría enredarse más si, como sucedía hasta el año 2000 y está establecido en otros muchos lugares, para obtener representación hubiera que lograr un mínimo del 5% de los votos en vez del 3% como ahora. Entonces, por ejemplo, Sumar tendría un escaño por Bizkaia que ahora no tiene, pero lo perdería en Araba al ser menos parlamentarios a repartir. Vox no tendría representación en ningún caso. Así, algunos de los análisis poselectorales que se hacen podrían cambiar, si no de modo radical, sí sustancialmente. De momento, el debate sobre nuestro sistema no está ni abierto ni maduro.