El Gobierno de Estados Unidos ha paralizado el envío de 3.500 bombas a Israel ante el temor a que puedan ser utilizadas durante la ofensiva militar a gran escala en la ciudad gazatí de Rafah, una operación a la que se ha opuesto públicamente la Administración de Joe Biden.

Washington ordenó la semana pasada esta suspensión, que afecta a 1.800 bombas de unos 900 kilos y otras 1.700 más ligeras, de alrededor de 226 kilos. Al Gobierno norteamericano le preocupa especialmente la utilización de los artefactos más pesados y "el impacto que podrían tener en núcleos urbanos con gran densidad" de población, como ha explicado un portavoz del Ejecutivo a distintos medios, entre ellos CNN.

Pese a las críticas, EE.UU. sigue siendo el principal aliado de Israel

Se trata, en cualquier caso, de una medida temporal, ya que este portavoz ha aclarado que no se ha tomado ninguna "determinación final". De hecho, Estados Unidos sigue siendo a día de hoy el principal aliado político global de Israel, pese a las críticas deslizadas en los últimos días sobre la ofensiva en Rafah.

El portavoz del Departamento de Estado norteamericano, Mark Miller, afirmó el martes en rueda de prensa que, por lo que se ha visto en los primeros compases de la ofensiva, "parece ser una operación limitada", si bien también ha admitido que "no es ningún secreto que (las autoridades israelíes) quieren llevar a cabo un gran operación militar".

El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, lleva semanas amenazando con esta posibilidad, bajo el argumento de que es imprescindible para erradicar la amenaza que representa Hamás y pese a la oposición mayoritaria de la comunidad internacional. En Rafah, se agolpan más de un millón de palestinos, en su mayoría llegados de otras zonas de la Franja tras huir de los combates previos.  

Estudia retener otros envíos de armas

El Gobierno de Estados Unidos está estudiando además retener otros envíos de armas a Israel tras el inicio de una incursión militar en el enclave palestino de Rafah. El portavoz del Departamento de Estado, Matthew Miller, señaló en una rueda de prensa este miércoles que Washington "está revisando" los futuros envíos de armamento. "Tenemos graves preocupaciones sobre una posible operación más grande en Rafah y lo que eso podría significar para la población civil", indicó el funcionario.

A pesar de estas preocupaciones, acotó Miller, Washington "está comprometido con la seguridad y la defensa de Israel".

La decisión de retener esta entrega de armas a Israel llega en medio de presiones por parte de legisladores demócratas para que el Gobierno de Biden suspenda indefinidamente el envío de armas a Israel.

Organizaciones internacionales como Amnistía Internacional han denunciado que Israel ha usado armas de origen estadounidense para cometer "graves violaciones" al derecho internacional humanitario, incluyendo ataques que han resultado en civiles muertos y heridos.

EE.UU. es el principal proveedor de armas a Israel y uno sus más fuertes aliados en el mundo. Entre 2016 y 2023, un 69 % de las armas importadas a Israel provino del país norteamericano, según datos del Stockholm International Peace Research Institute.