Subiendo Gabiria, a apenas trece kilómetros de meta, la batalla estaba servida entre dos de los grandes protagonistas del fin de semana. Por un lado, el catalán Jan Castellón (2003, Caja Rural Alea), ganador el domingo en Irun de la tercera etapa de la Vuelta al Bidasoa. Y, por otra parte, el vallisoletano Dani Cavia (2002, Cortizo), vencedor el sábado de la siempre exigente prueba de Medina de Pomar, en Burgos. Las calles de Legazpi terminarían viendo levantar los brazos al propio Cavia, el más fuerte de una Santikutz Klasika que se adjudicó este miércoles persiguiendo, a contracorriente: para ingresar en el prestigioso palmarés de la carrera, y ganar así enteros de cara al salto al profesionalismo, tuvo que tapar dos peligrosos agujeros generados por su rival ilerdense.

La jornada resultó muy desapacible en lo meteorológico, pero espectacular en lo deportivo, con pelea prácticamente desde salida. El trabajo del Polti Kometa acabó con una peligrosa avanzadilla de once corredores al pie de la subida al Kirtenberg. Y un nutrido pelotón de cerca de 50 ciclistas encaró en cabeza el empinado muro legazpiarra, poco decisivo a la postre: rompió el gran grupo, sí, pero las posteriores ascensiones y bajadas de Aztiria y Liernia provocarían un numeroso reagrupamiento a pie de Gabiria. Fue entonces, ya en las primeras rampas, cuando el Cortizo (filial del Burgos BH) puso definitivamente sus cartas poca arriba.

Marcando un ritmo endiablado, que rompió de inmediato el pelotón cabecero, el equipo de sede gallega preparó claramente el terreno para el previsible ataque de Cavia. La primera gran ofensiva llegó, sin embargo, por parte de un fortísimo Jan Castellón. Durante los dos kilómetros de subida, la breve bajada y el inicio de la ascensión final a Atagoiti, el catalán conservó una renta constante de diez segundos que el a la postre vencedor peleó para reducir o al menos mantener. Cavia logró este objetivo, y en ello residió la clave para tener la cabeza de carrera a tiro cuando le conectó por detrás un tercer hombre, el balear Álvaro Sagrado (2000, Brocar Rali Alé). Relevando ambos sobre porcentajes asequibles, consiguieron atrapar a Castellón y pasar a comandar la prueba junto al ilerdense.

Últimos kilómetros

El trío apuntaba a jugarse la victoria en la recta final de Kale Nagusia, hasta que el del Caja Rural tomó, en los accesos a Legazpi, una rotonda por la izquierda, y no por la derecha como sus dos compañeros de viaje. Adquirió así Castellón unos preciosos metros de ventaja que Cavia consiguió tapar. Sagrado, mientras, no pudo hacerlo por problemas con el cambio. El esprint por el triunfo fue solo cosa de dos, cosa de uno en realidad, porque el vencedor pudo celebrar la victoria con tranquilidad, opositando incluso a un liderato de la Copa de España que Haimar Etxeberria conseguiría (Finisher) mantener. El irundarra, cuarto, fue el más rápido del grupo perseguidor.