Se espera que Hamás responda en las próximas horas a la última contraoferta de tregua mediada en El Cairo, donde una delegación del grupo islamista aterrizará este lunes, al tiempo que en Israel diversos ministros se enzarzaron en una disputa online sobre la necesidad o no de alcanzar una tregua que libere a parte de los 133 rehenes.

Las conversaciones entre mediadores de Egipto e Israel fueron “en gran medida positivas y exitosas” e incluyeron concesiones a “muchas de las demandas” de Hamás, entre ellas el regreso de los desplazados al norte del enclave, informó ayer una fuente de seguridad egipcia.

Esto encendió todas las alarmas entre los ministros ultranacionalistas colonos israelíes, que alertaron al primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, de que la firma de cualquier acuerdo que impida la toma terrestre de Rafah supondría el fin de su Gobierno de coalición. “Si decide ondear una bandera blanca y cancelar la orden de ocupar Rafah inmediatamente, con el fin de completar la misión de destruir a Hamás y restaurar la seguridad de los residentes del sur y de los ciudadanos de Israel y devolver a todos nuestros hermanos secuestrados y hermanas a sus hogares el Gobierno encabezado por usted no tendrá derecho a existir”, dijo ayer el ministro de Finanzas y también de la cartera de Defensa, Bezalel Smotrich, en un mensaje dirigido a Netanyahu. Un mensaje similar fue compartido por el ministro de Seguridad Nacional, el antiárabe y convicto Itamar Ben Gvir, quien retuiteó un mensaje del 30 de enero, en el que amenazaba con la “disolución del Gobierno” en caso de un acuerdo de tregua.

Por su parte, el ministro del Gabinete de Guerra, Benny Gantz, contradijo de cierto modo a Smotrich y Ben Gvir, y aseguró que si el Gobierno no alcanza un pacto, siempre que sea respaldado por el Gabinete de Seguridad y “no implique el fin de la guerra”, entonces perdería su legitimidad para gobernar. “Entrar en Rafah es importante en la larga lucha contra Hamás. El regreso de nuestros secuestrados, abandonados por el gobierno el 7 de octubre, es urgente y de mucha mayor importancia”, añadió.

EE.UU. pide más diálogo

Netanyahu repite desde hace casi dos meses la necesidad de invadir Rafah, punto más meridional de Gaza con 1,4 millones de gazatíes hacinados, a fin de eliminar cuatro batallones restantes de Hamás. Pero incluso miembros de su Gobierno muestran cierta flexibilidad a favor de los rehenes, y EE.UU. sigue diciendo que se trataría de una “línea roja”. Por su parte, el ministro de Asuntos Exteriores, Israel Katz, dijo que si se lograba un acuerdo de tregua con Hamás se podría aplazar la invasión de Rafah.

EE.UU. reiteró también que una invasión militar terrestre no es posible mientras no halla un plan seguro para evacuar a los civiles: “Nos han asegurado que no irán a Rafah hasta que hayamos tenido la oportunidad de compartir realmente nuestras perspectivas y nuestras preocupaciones con ellos”, dijo el portavoz de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, John Kirby.

El secretario de Estado de EE.UU., Antony Blinken, viajará hoy a Arabia Saudí para participar en una reunión ministerial con socios regionales dentro del Foro Económico Mundial en la que hablará de los “esfuerzos en curso” para lograr un alto el fuego en Gaza, y se cree que podría visitar también Israel en los próximos días.